martes, 2 de diciembre de 2008

La crisis que nos preocupa, nos ocupa (2008)

Una vez más desde estas líneas, dedicamos la atención a la crisis que como una plaga se va extendiendo hasta llegar cada rincón de nuestra vida cotidiana y la Red lo sabe porque además lo sufre. Sin embargo, no podemos dejar de echar la vista atrás para explicarnos nuestro presente a través de nuestro pasado y podemos comprobar que ha habido otras crisis y se han superado, al menos, algunos lo han hecho, recordemos a nuestro amigo Angelo Fradera y su entusiasmo ante las posibilidades que ofrece una situación complicada, como ésta, a la hora de hacer negocios. La crisis de 1973 fue la primera gran crisis después de la II Guerra Mundial, en aquella ocasión siendo el sector de la energía el más afectado y con reacciones catastrofistas emitidas desde la opinión pública, estimando que, en poco tiempo, todos iríamos en bicicleta ante la imposibilidad de acceder al combustible. Sabemos que eso no ha ocurrido. Por lo tanto, debemos aplicar serenidad ante los mensajes de los medios de comunicación y analizar a fondo la situación.

Es cierto que en estos últimos años el dinero estaba barato, habiendo incluso un exceso de crédito, y que todas las medidas encaminadas a mejorar lo financiero, repercutirán positivamente en lo inmobiliario. Pero lo positivo de esta situación es que el propietario es el elemento de la ecuación que está en crisis. El propietario abrumado tiene una casa y no puede dejar de tenerla hasta que la venda, el único elemento que puede variar es el precio. El intermediario inmobiliario no tiene una casa, y son muchas las variaciones que puede hacer, puede moverse de tipología inmobiliaria, de tipo de cliente al que se dirige o con el que contacta, puede ir probando distintas opciones hasta dar con el resultado que le beneficia. Desde aquí, nuestro consejo es trabajar con bancos que se encuentren en una situación saneada, buscar propietarios con urgencia por vender, lo que puede motivar la salida al mercado de una ganga inmobiliaria, y localizar buenos pagadores, que los hay, ya sean inversores o perfiles con estabilidad laboral. En definitiva, ser activo, en lugar de pasivo, es decir ocuparse de la crisis. Desde aquí mucho ánimo y confianza en vuestra inteligencia para tornar la situación en beneficios para vosotros.

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